Adquirir una visión global y a la vez rigurosa sobre la alimentación.
Reconocer que es realmente una alimentación sana y equilibrada.
Conocer los diferentes nutrientes (macro y micronutrientes).
Estudiar cuáles son las mejores fuentes alimenticias y cómo consumirlas.
Desarrollar capacidad crítica para escoger los alimentos adecuados.
Comprender que: sin gluten, sin lactosa, enriquecido, etc- a veces no es sinónimo de alimentación saludable.
Descubrir los alimentos más adecuados para conseguir y mantener una microbiota intestinal diversa y sana.